Historias que escucho sin querer
escucharlas.
Realidades que presencio sin querer
presenciarlas.
En un laberinto, la salida puede ser la
entrada y la salida puede no existir.
Vagabundo en una dimensión en donde la
inocencia reinaba.
Sediento por verdades que no quiero
conocer.
La garganta seca, árida, muerta.
Con miedo a gritar por temor a sufrir una
hemorragia fulminante.
Buscando un oasis que me hidrate la
conciencia.
Un recurso renovable se vuelve tan escaso
como la razón.
Desnudo, buscando alguna tela que sirva
de cómplice para mi pudor.
Vestigios de las aventuras se
manifiestan, evidenciando la inocencia perdida.
Un puñado de clavos recorren la garganta
y se alojan en el estómago.
No es lo mismo saber por saber, que saber
por presenciar.
El azúcar que decoró mis labios traía una
esencia extranjera.
El dulce engañó mi paladar, nubló mi
razón, cegó mi malicia.
Días después, aun se podía saborear la
fruta en mi encía.
Aun sediento, el agua de coco no controla
mi sed.
Aun hambriento, la piña no tranquiliza mi
apetito.
Aun temblando, los rastros de pasión no
calman mis necesidades.
Heme allí, buscando abrigo, encontrando
memorias que desconozco.
Paralizado ante la realidad.
Los clavos siguen recorriendo mi
interior, lacerando todo a su paso.
Queriendo tragar ácido para cauterizar
las heridas.
Queriendo ser violento pero sin puños
para serlo.
Escupiendo el azúcar que se alojó en mi
boca.
Necesito agua, necesito fragancia a
flores.
Aunque artificial, el aroma cuenta
historias tan reales como el sexo.
La fantasía se desviste, la realidad me
besa nuevamente.
Besos dulces.
Las dulces mentiras
pueden ser peores que las amargas verdades.
Mi lengua está confundida.
El corazón debe escuchar.
La sed se sacia con agua, el azúcar sólo
genera más.
Buscando cobijo, encuentro la razón de mi
sed.
No busques agua en la caña de azúcar.
No busques realidad en la fantasía.
No busques tesoros en barcos hundidos.
No busques, no esperes.
Vive. Sin buscarlo y sin esperarlo, el
diluvio que busca tu garganta caerá una vez más.
Caerá.
Ya verás.