Thursday, July 7, 2011

Petrificado

Nunca las dejé salir...

Las contenía con una maestría impresionante.

Poco a poco se formaron grietas en esa árida superficie.

Con un nuevo semblante, enfrentándome a un mundo que festejaba mi fortaleza.

Envejecía, catalizando este proceso con sustancias que me alejaban de la realidad.

Sobre ese desierto, a lo hermoso de la vida se le imposibilitaba germinar.

Mis ojos sobrevivían una constante tormenta de arena.

Aun así, ni rumores de un oasis llegaban a mis oídos.

Poco a poco se endurecía eso que latía con ganas de digerir el mundo.

Dormía azotado por las cortantes brisas heladas que viajaban sobre mi piel.

Al despertar, un tanto perdido, comencé nuevamente mi camino.

Bajando las grises escaleras de aquella cárcel visualicé un movimiento en el suelo.

Al acercarme, me maravillé con el despliegue de colores de una moribunda libélula.

La tomé en mis manos, luchaba con las pocas energías que le quedaban, ella quería volar, quería ser libre, quería escapar la muerte.

Poco tiempo después, en mis manos, falleció.

La tomé conmigo, quería darle un entierro propio de cualquier ser maravilloso que le brindó color a mi monocromática mañana.

Buscando el lugar apropiado, escucho una canción.

Todo apuntaba a que había encontrado un oasis.

Aquellas dunas fueron bañadas por un torrente de emociones que se manifestaban como ríos de sorpresas.

Me detuve. Tenía que analizar lo que estaba sucediendo.

Llegué a una conclusión.

De igual manera que ese pequeño insecto que trajo tanto color a mi vida partió de este mundo, todo lo demás que me ha llenado de ilusiones puede partir.

De igual manera que ese pequeño insecto luchó por volar, por permanecer con vida, yo he luchado por mucho tiempo. He luchado por salvar cosas insalvables, he luchado por permanecer en un estadio de vida inconveniente.

Supuse que era una señal.

Las tormentas de arena fueron detenidas por ese incesante flujo de sentimientos que, como un manantial, armoniosamente brotaban de ese terreno.

Una vez bañado, sentía que volvía a la vida.

No hay nada que temer. Una libélula partió, ahora le toca a ésta libélula vivir las aventuras que merece vivir... Pero no sobre un desierto. Sino sobre el paraíso que las lágrimas de un corazón endurecido develaron frente a mi.

...
La canción decía...

Right under my feet there's air made of bricks
Pulls me down turns me weak for you
I find myself repeating like a broken tune
And I'm forever excusing your intentions
And I give in to my pretendings
Which forgive you each time
Without me knowing
They melt my heart to stone

And I hear your words that I made up
You say my name like there could be an us
I best tidy up my head I'm the only one in love
I'm the only one in love

Each and every time I turn around to leave
I feel my heart begin to burst and bleed
So desperately I try to link it with my head
But instead I fall back to my knees
As you tear your way right through me
I forgive you once again
Without me knowing
You've burnt my heart to stone

And I hear your words that I made up
You say my name like there could be an us
I best tidy up my head I'm the only one in love
I'm the only one in love

Why do you steal my hand
Whenever I'm standing my own ground
You build me up, then leave me dead

Well I hear your words you made up
I say your name like there should be an us
I best tidy up my head I'm the only one in love
I'm the only one in love...

...

Aun espero encontrar donde enterrar la libélula. Entre falta de voluntad y falta de conocimiento, espero por una nueva señal que me indique el lugar adecuado para llevar a cabo la sepultura que se merece. La adecuada para que permanezca enterrada. La adecuada para que pueda al fin descansar en paz.

Friday, July 1, 2011

Noticia de Última Hora

Lamentable para muchos, buenas nuevas para algunos.

Es mi deber informarle al pueblo que, luego de una exitosa carrera que lo llevo a conocer otros planetas y a ser el primer astronauta en hacer contacto con vida marciana, Wilfredo Flores ha decidido retirarse.

En su -relativamente- corta carrera, este intrépido joven logró ser el primero en poner pie en el planeta rojo, tener experiencias extrasensoriales con los habitantes del planeta vecino, y hasta supo como sobrellevar una relación impresionante con tan complejo abolengo.

El Cagüeño nos explicó el porqué de tan inesperada decisión: “Para ser sincero no estaba seguro de esta decisión y al día de hoy sigo sin estarlo. Creo que todo recae en lo atropellada que puede ser la comunicación cuando no existe un idioma establecido. Supe desarrollar habilidades telepáticas que fueron cruciales a la hora de solución de problemas, expresión de sentimientos, aprendizaje, entre otros.”

Abundó comentando acerca de la misión: “[…] encontré retos invencibles que me llevaron a abortar la misión. No estoy seguro de haber podido resolver éstos de haber permanecido un poco más bajo atmósfera marciana, pero me sentía impotente. Me desenfoqué. A veces sentía haber olvidado quien era yo, a donde debía dirigirme en la vida. En el momento en que empezó a escasear el oxigeno decidí volver a casa.”

En un momento un tanto conmovedor, el joven de 24 años tuvo que controlar sus emociones y continuó diciendo: “Confieso que extraño todas las vivencias que tuve en Marte. Sentí cosas que jamás pensé que eran posibles de experimentar. Sentía que quizás era posible desarrollar mi vida allá. Estuve tanto tiempo rompiéndome la cabeza buscando técnicas tecnológicas que me permitieran permanecer indeterminadamente. Quise ayudar a construir una atmosfera, quise regalarles objetos y memorias que les enseñaran como se ama en la Tierra. Yo se que a pesar de la conclusión de esta misión, ellos permanecerán en mi vida y en mi corazón de una manera u otra. Después de tanto, creo que puedo sentirme orgulloso de haber creado esos lazos tan estrechos con una “raza” nunca antes contactada.”

Concluyó la entrevista diciendo: “…creo que estuve demasiado tiempo enfocado en las estrellas, demasiado tiempo desorientado. Es hora de volver a casa y descubrir las galaxias que habitan en mis amistades, familia, y esos que me faltan por conocer. Es hora de terminar con la idealización de la vida en la que vivía, es hora de enfrentar un nuevo reto. Con la fuerza de gravedad sobre mis hombros, sabré mantener mis pies sobre la tierra. Gracias a los habitantes marcianos por darme la oportunidad de vivir experiencias inolvidables. Llegó el momento de vivir la realidad humana. Ha sonado la alarma de mi despertador. Vivo en paz con mi desempeño y eso nadie me lo podrá robar del pecho.”