Wednesday, June 29, 2011

Roto.


Mis manos erráticas.
Mi imaginación distorsiona la realidad.

Mis ojos viciados.
Mi sentido común pierde total sentido.
Mis ideas nadan en una represa.
Mi fuerza vuela en un cielo sin cielo.
Mis poros desbordan memorias.
Mi suspiro insistente.
Mis pasos siguen un olor.
Mi aliento se despeja de espectros.
Mis labios olvidan un sabor.
Mi cuerpo extraña algo que olvida.
Mis ganas trepan por mis piernas.
Mi piel repara unos rasguños.
Mis mejillas se enrojecen al verme.
Mi rencor se filtra por mi frente.
Mis orejas se calientan al oler mi almohada.
Mi angustia se evapora con su cianuro.
Mi sistema se limpia poco a poco.
Los rayos de sol me llenan de esperanza.
El sonido de las olas me hace sentir invencible.
Lentamente me preparo para salir de aquí.
No me rendiré.
Estoy rompiendo en frío.
Las rojas cadenas se desintegran como el esquema de corrupción que me agobiaba.
Polvo.
Soplo.
Vuela.
Vuelo.

Tuesday, June 28, 2011

Suerte


Cuando estamos en momentos cruciales de nuestras vidas, las distracciones parecen ser atentados en contra de nuestra estabilidad.


Cuando nos encontramos envueltos en tantas situaciones que nos sentimos ahogados, sin tiempo, sin aire, podemos pensar que no aguantaremos un gramo más en nuestras espaldas.


Cuando tenemos metas que podemos rozar con la punta de nuestros dedos, podemos sentir miedo a envolvernos en situaciones que nos halen y nos alejen de ese objetivo.


Cuando conocemos que existe algo que en algún momento nos afectó, es normal el ser cauteloso para no volver a pasar por lo mismo, más aun cuando no nos podemos dar el lujo en estos momentos.


Cuando el amor toca nuestra puerta, pero tenemos pavor a que ese sentimiento nos contamine el hogar, preferimos construir una pared de ladrillos aunque tengamos que salir por las ventanas.


Cuando la atracción a algo es demasiado fuerte, es normal el sentir que debemos tratar esa energía con cautela, si perdemos el control sobre ésta podemos terminar perdidos.


Cuando no sabemos que es más conveniente, cuando genuinamente nos encontramos en una encrucijada, es normal el velar por nuestra integridad aunque esto implique el afectar a otros en el camino.


Cuando no sabemos si estamos listos para un compromiso, es preferible para muchos el tratar de lidiar con la situación desde un punto de vista ambiguo, desde un punto estratégico en el cual sea posible disfrutar de la oferta sin demostrar una demanda.


Cuando no queremos lastimar, muchas veces es cuando más lo hacemos.


Cuando no hay una comunicación clara, las tinieblas dominan el horizonte.


Cuando no se sabe lo que se quiere, queremos todo pero no queremos nada.


Cuando te sientes como me siento es posible descubrir lo mismo que he descubierto…


… Mi mayor atracción ha logrado convertirse en mi mayor distracción.

… Mi mayor atracción ha logrado convertirse en mi mayor disfunción.

… Mi mayor atracción ha logrado convertirse en mi mayor frustración.

Thursday, June 9, 2011

Perdónate...

Creo que todos pasamos por situaciones en donde la mente toma completo control del cuerpo.

Te puedes sentir enfermo, desesperado, angustiado, perdido... Como también alegre e ilusionado. Hago énfasis en lo negativo porque puedo decir que gran parte de esos momentos en donde no analizo, en donde no tengo control, en donde pierdo la noción del tiempo y de la realidad, los resultados no han sido los mejores.

No me puedo sentir del todo culpable por ellos, es de humanos errar. Esta en nuestra naturaleza seguir instintos aunque estos no velen por intereses que no sean propios. En esos momentos en donde se pierde el control son en los cuales nuestra fibra mas egoísta florece, en los cuales nuestros rasgos humanos se ven seducidos por una falsa inexistencia de limites, por una sed por la satisfacción de nuestros mas primitivos impulsos.

¿A dónde voy con todo esto?

Hace unos días una persona muy cercana a mi corazón me agradeció por haber hecho cosas de las cuales tiene seguridad que "nadie más hará" por ella. Lo curioso de todo esto es que no supe más que decirle que: "Lo hice todo... Y, ¿Qué hacer cuando todo no es suficiente?".

Esa pregunta no ha parado de dar vueltas en mi cabeza.

Cuando tus instintos te llevan a cometer locuras que afectan a personas que quieres, pero también te llevan a hazañas de las cuales tu mismo te preguntas "¿Hasta dónde uno llega por amor?" entonces, ¿Qué hacer? ¿Donde una traza la línea? ¿Dónde uno dice "Esto no puede seguir así."? ¿Como en mi fase más egoísta aun me preocupo por esa persona que valoro tanto? Aparentemente, aun en la ceguera de esas pérdidas de control del cuerpo, nos queda algo de humanos que combate el animal que habita en cada uno de nosotros.

¿Qué hacer cuando todo no es suficiente? No se. Y no creo que es saludable para nadie el preguntarse eso. El formular esa pregunta conlleva una realidad: lo trataste todo. Y entonces, ¿Porqué deberíamos sentirnos culpables?

No creo que exista nada en el mundo que sea imperdonable, siempre y cuando el daño no sea malintencionado. El problema es cuando el perdón no nos es suficiente. El problema estriba en nuestra necesidad de probarnos a nosotros mismos que podemos arreglar las cosas, que podemos mostrar otra cara. Si el perdón fuese suficiente, la gente viviría mucho más tranquila, con menos estrés, con mayor enfoque en otras cosas que merecen atención. Vivimos tratando de probarle al mundo que somos hoy mejores que ayer, y se nos olvida probarnos a nosotros mismos que debemos ser hoy lo que queremos ser mañana.

Creo que todos pasamos por situaciones en donde la mente toma completo control del cuerpo. No quieras autoflagelarte por esos momentos, al contrario, comprende que es natural y que dentro del egoísmo del momento, aun queda un ser humano que tiene la capacidad de controlar su vida. Después de todo, el problema no es que la mente tome control del cuerpo, es lo que tengas en ella y cómo ella decida actuar.

Libera tu mente de fantasmas, así, aun bajo la peor depresión, borrachera, o confusión, ella no tendrá más que demostrar quien realmente eres.