Friday, May 27, 2011

No creo pero creo.


Dicen que "Karma is a bitch". Realmente sería un poco hipócrita de mi parte el no creer en Dios pero si achacarle las cosas de mi vida a un poder superior que se encarga de devolverte de una manera u otra lo que le das al mundo. Ciertamente es un concepto muy original y hasta conveniente. ¿Porqué no inventarse una "ley" universal de la cual ningún ser humano puede escaparse? Tremenda herramienta para controlar las masas.

Es una pena que no crea en ella, es una pena que no sienta que existe una justicia divina de la cual puedo depender cuando siento que la vida va en mi contra. La paz que me traería sería demasiado apropiada, sentir que no me tengo que encargar de hacerle ver cosas a las personas, sentir que el destino es un aliado. Es un arma de doble filo, claro esta, ya que tendría un impacto psicológico al pensar en obrar, me obligaría a analizar dos y tres veces mis acciones antes de hacerlas (por miedo a las repercusiones).

Hablando del destino, este se vería como un perfecto ejemplo de causa y efecto. No hay nada escrito, no hay un plan maestro en el cual tarde o temprano caería mi vida. Lo que hoy haga, mañana lo cosecho, lo que hoy me hagan, mañana puedo decidir devolverlo. No una ley divina, pero si una realidad existencial en donde nuestros pasos, como en arena mojada, quedan marcados y pueden ser rastreados hasta un punto de origen, generando un plano cartesiano único para cada ser humano.

El vivir la vida sin nada superior en que creer es fuerte, es un reto. El sentir que cada paso, cada acción, cada pensamiento, tiene una repercusión influenciada por mí, y solo por mí, genera una impresionante carga sobre mis hombros. El pensar que personas a mi alrededor pueden hacerme daño, ignorarme, usarme, y salirse con la suya tambien me hace sentir una leve desesperanza. ¿Cómo puedo ganar la batalla de la vida sin aliados? ¿Cómo puedo salir adelante si el destino es algo que no lleva ningún tipo de libreto ni estructura? ¿Cómo puedo alimentar mis sueños si están expuestos al ataque de terceras personas que conscientemente viven haciendo daño? Supongo que todo recae en mí. En mi valentía, en mi poder para superar obstáculos, en mi habilidad para escribir el destino a mi antojo, en mi capacidad para tomar las riendas de mi vida y no permitir que nadie detenga el carruaje donde llevo mis metas.

Una vez mas, que conveniente sería creer en el Karma. A estas alturas de mi vida lo que me resta es mirar hacia adelante, esquivando las rocas de mi camino, regocijado en mi vitalidad, enfocado en el horizonte. Mi mayor consuelo es (y siempre será), que de una manera u otra, las personas se encargarán de llegar a lecciones de vida en donde choquen con los efectos de sus acciones, donde podrán recapacitar sobre éstas, no por voluntad propia pero por eventos que abrirán sus ojos. Parte de ese consuelo recae en mi propia habilidad para crecer y mejorar. Con cada paso, tendré la oportunidad de observar las consecuencias de mis acciones, aprender de ellas, repetir las que funcionaron, evitar las que no. Es de humanos errar, es de locos el repetir los mismos errores una y otra vez y esperar que éstos cosechen resultados diferentes.

No creo en Dios, no creo en el Karma, pero si creo que tengo el poder de moldear mi futuro. Mi mayor deseo ha sido, es, y será, que todos esos que en algún momento atentaron contra mi bienestar tengan la capacidad de mejorarse como seres humanos. No les deseo mal, pero estoy seguro que de una manera u otra nuestras acciones conllevan una causa y efecto, y de igual manera que he tenido que aprender de mis errores por los efectos generados, espero que los mismos efectos lleven a esas personas a recapacitar, a crecer, a chocar con la realidad de la vida: todos vivimos creciendo pero eso no implica que podamos crecer viviendo.

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