Monday, August 29, 2011

Así es.

Hay veces que uno tiene que esforzarse por ver el vaso medio lleno, por ver luz donde parece solo haber oscuridad.

He pasado tanto tiempo vagando, esforzándome por no esforzarme, desperdiciando mi potencial.
Tengo tanto que ofrecer…

A mi corta edad puedo decir que he amado, he errado, he llorado, he reído, y he evolucionado. Me siento tan diferente. Es como una transformación. Como esas que hacen los gorditos en los programas de TV. ¿Qué motivará a esas personas? ¿Será la vanidad? ¿Será el amor que le tienen a los suyos? ¿Será amor propio?

Hace unos días me sentía un poco decaído. Mi jefa se acerca a preguntarme que me sucede. Lo único que pude decir fue: “Estoy falto de amor”. Ella, con una sonrisa en su rostro me insultó. Me dijo: “El amor es algo intrínseco”. Luego abunda, y me dio su opinión de cómo el amor era algo que provenía de nuestro interior… que no debíamos esperarlo de más nadie.
Sinceramente me sentí un poco ignorado. Sentí que mi necesidad de expresarme y ser comprendido fue un desastre.

Yo se que debo amarme a mí para poder amar a los demás (bla bla bla…) pero creo que es importante reconocer que una vez has amado, has sido feliz y has vivido momentos hermosos con esa persona especial con la que sientes una conexión única… pues es natural el extrañarlos.
Dentro de esa evolución como ser humano me he sentido cada vez más listo para encarar los obstáculos y las aventuras que una relación conlleva.

De hecho, parte de mi análisis (que me ha hecho sentirme más tranquilo) ha sido el llegar a la conclusión de que quizás la persona que amé con tanta intensidad no merece ya mis latidos. Dudo su capacidad para amarme como realmente lo merezco. Me ha demostrado, una y otra vez, que no puedo esperar mucho. Y, ¿Para que seguir atado a algo que no está creciendo? Si quisiera eso me compraría un bonsái.

Enfocándome en mí, siento que debo repasar mi plan de vida. Tengo deudas, metas, trabajos, proyectos, amistades, familia, pasatiempos, y muchas cosas más a las que dedicarle tiempo.
Y entonces, ¿Porqué me afecta recurrentemente la falta de ese cariño? Creo que todo estriba en esa magia que existe cuando tienes a alguien que sabes que estará ahí para ti 24/7. Saber que esa persona haría todo por ti. Saber que tienes una conexión que nadie puede comprender más que ustedes dos. El poder desahogarte. El poder mostrar tu lado más vulnerable y ser admirado, respetado, comprendido y protegido en vez de juzgado o maltratado.

He conocido el amor, he sido plenamente feliz.

A veces me pregunto si es peor vivir sin conocerlo o vivir extrañándolo.
A veces me pregunto si es peor la ignorancia de algo tan maravilloso o la incertidumbre que deja el haberlo perdido.
A veces me pregunto… tantas cosas.
Preguntas sin respuestas.

A veces quiero dejar de preguntarme y comenzar a exclamar.

¿Será hoy un buen día?

¡Hoy será un buen día!

<3

Thursday, July 7, 2011

Petrificado

Nunca las dejé salir...

Las contenía con una maestría impresionante.

Poco a poco se formaron grietas en esa árida superficie.

Con un nuevo semblante, enfrentándome a un mundo que festejaba mi fortaleza.

Envejecía, catalizando este proceso con sustancias que me alejaban de la realidad.

Sobre ese desierto, a lo hermoso de la vida se le imposibilitaba germinar.

Mis ojos sobrevivían una constante tormenta de arena.

Aun así, ni rumores de un oasis llegaban a mis oídos.

Poco a poco se endurecía eso que latía con ganas de digerir el mundo.

Dormía azotado por las cortantes brisas heladas que viajaban sobre mi piel.

Al despertar, un tanto perdido, comencé nuevamente mi camino.

Bajando las grises escaleras de aquella cárcel visualicé un movimiento en el suelo.

Al acercarme, me maravillé con el despliegue de colores de una moribunda libélula.

La tomé en mis manos, luchaba con las pocas energías que le quedaban, ella quería volar, quería ser libre, quería escapar la muerte.

Poco tiempo después, en mis manos, falleció.

La tomé conmigo, quería darle un entierro propio de cualquier ser maravilloso que le brindó color a mi monocromática mañana.

Buscando el lugar apropiado, escucho una canción.

Todo apuntaba a que había encontrado un oasis.

Aquellas dunas fueron bañadas por un torrente de emociones que se manifestaban como ríos de sorpresas.

Me detuve. Tenía que analizar lo que estaba sucediendo.

Llegué a una conclusión.

De igual manera que ese pequeño insecto que trajo tanto color a mi vida partió de este mundo, todo lo demás que me ha llenado de ilusiones puede partir.

De igual manera que ese pequeño insecto luchó por volar, por permanecer con vida, yo he luchado por mucho tiempo. He luchado por salvar cosas insalvables, he luchado por permanecer en un estadio de vida inconveniente.

Supuse que era una señal.

Las tormentas de arena fueron detenidas por ese incesante flujo de sentimientos que, como un manantial, armoniosamente brotaban de ese terreno.

Una vez bañado, sentía que volvía a la vida.

No hay nada que temer. Una libélula partió, ahora le toca a ésta libélula vivir las aventuras que merece vivir... Pero no sobre un desierto. Sino sobre el paraíso que las lágrimas de un corazón endurecido develaron frente a mi.

...
La canción decía...

Right under my feet there's air made of bricks
Pulls me down turns me weak for you
I find myself repeating like a broken tune
And I'm forever excusing your intentions
And I give in to my pretendings
Which forgive you each time
Without me knowing
They melt my heart to stone

And I hear your words that I made up
You say my name like there could be an us
I best tidy up my head I'm the only one in love
I'm the only one in love

Each and every time I turn around to leave
I feel my heart begin to burst and bleed
So desperately I try to link it with my head
But instead I fall back to my knees
As you tear your way right through me
I forgive you once again
Without me knowing
You've burnt my heart to stone

And I hear your words that I made up
You say my name like there could be an us
I best tidy up my head I'm the only one in love
I'm the only one in love

Why do you steal my hand
Whenever I'm standing my own ground
You build me up, then leave me dead

Well I hear your words you made up
I say your name like there should be an us
I best tidy up my head I'm the only one in love
I'm the only one in love...

...

Aun espero encontrar donde enterrar la libélula. Entre falta de voluntad y falta de conocimiento, espero por una nueva señal que me indique el lugar adecuado para llevar a cabo la sepultura que se merece. La adecuada para que permanezca enterrada. La adecuada para que pueda al fin descansar en paz.

Friday, July 1, 2011

Noticia de Última Hora

Lamentable para muchos, buenas nuevas para algunos.

Es mi deber informarle al pueblo que, luego de una exitosa carrera que lo llevo a conocer otros planetas y a ser el primer astronauta en hacer contacto con vida marciana, Wilfredo Flores ha decidido retirarse.

En su -relativamente- corta carrera, este intrépido joven logró ser el primero en poner pie en el planeta rojo, tener experiencias extrasensoriales con los habitantes del planeta vecino, y hasta supo como sobrellevar una relación impresionante con tan complejo abolengo.

El Cagüeño nos explicó el porqué de tan inesperada decisión: “Para ser sincero no estaba seguro de esta decisión y al día de hoy sigo sin estarlo. Creo que todo recae en lo atropellada que puede ser la comunicación cuando no existe un idioma establecido. Supe desarrollar habilidades telepáticas que fueron cruciales a la hora de solución de problemas, expresión de sentimientos, aprendizaje, entre otros.”

Abundó comentando acerca de la misión: “[…] encontré retos invencibles que me llevaron a abortar la misión. No estoy seguro de haber podido resolver éstos de haber permanecido un poco más bajo atmósfera marciana, pero me sentía impotente. Me desenfoqué. A veces sentía haber olvidado quien era yo, a donde debía dirigirme en la vida. En el momento en que empezó a escasear el oxigeno decidí volver a casa.”

En un momento un tanto conmovedor, el joven de 24 años tuvo que controlar sus emociones y continuó diciendo: “Confieso que extraño todas las vivencias que tuve en Marte. Sentí cosas que jamás pensé que eran posibles de experimentar. Sentía que quizás era posible desarrollar mi vida allá. Estuve tanto tiempo rompiéndome la cabeza buscando técnicas tecnológicas que me permitieran permanecer indeterminadamente. Quise ayudar a construir una atmosfera, quise regalarles objetos y memorias que les enseñaran como se ama en la Tierra. Yo se que a pesar de la conclusión de esta misión, ellos permanecerán en mi vida y en mi corazón de una manera u otra. Después de tanto, creo que puedo sentirme orgulloso de haber creado esos lazos tan estrechos con una “raza” nunca antes contactada.”

Concluyó la entrevista diciendo: “…creo que estuve demasiado tiempo enfocado en las estrellas, demasiado tiempo desorientado. Es hora de volver a casa y descubrir las galaxias que habitan en mis amistades, familia, y esos que me faltan por conocer. Es hora de terminar con la idealización de la vida en la que vivía, es hora de enfrentar un nuevo reto. Con la fuerza de gravedad sobre mis hombros, sabré mantener mis pies sobre la tierra. Gracias a los habitantes marcianos por darme la oportunidad de vivir experiencias inolvidables. Llegó el momento de vivir la realidad humana. Ha sonado la alarma de mi despertador. Vivo en paz con mi desempeño y eso nadie me lo podrá robar del pecho.”

Wednesday, June 29, 2011

Roto.


Mis manos erráticas.
Mi imaginación distorsiona la realidad.

Mis ojos viciados.
Mi sentido común pierde total sentido.
Mis ideas nadan en una represa.
Mi fuerza vuela en un cielo sin cielo.
Mis poros desbordan memorias.
Mi suspiro insistente.
Mis pasos siguen un olor.
Mi aliento se despeja de espectros.
Mis labios olvidan un sabor.
Mi cuerpo extraña algo que olvida.
Mis ganas trepan por mis piernas.
Mi piel repara unos rasguños.
Mis mejillas se enrojecen al verme.
Mi rencor se filtra por mi frente.
Mis orejas se calientan al oler mi almohada.
Mi angustia se evapora con su cianuro.
Mi sistema se limpia poco a poco.
Los rayos de sol me llenan de esperanza.
El sonido de las olas me hace sentir invencible.
Lentamente me preparo para salir de aquí.
No me rendiré.
Estoy rompiendo en frío.
Las rojas cadenas se desintegran como el esquema de corrupción que me agobiaba.
Polvo.
Soplo.
Vuela.
Vuelo.

Tuesday, June 28, 2011

Suerte


Cuando estamos en momentos cruciales de nuestras vidas, las distracciones parecen ser atentados en contra de nuestra estabilidad.


Cuando nos encontramos envueltos en tantas situaciones que nos sentimos ahogados, sin tiempo, sin aire, podemos pensar que no aguantaremos un gramo más en nuestras espaldas.


Cuando tenemos metas que podemos rozar con la punta de nuestros dedos, podemos sentir miedo a envolvernos en situaciones que nos halen y nos alejen de ese objetivo.


Cuando conocemos que existe algo que en algún momento nos afectó, es normal el ser cauteloso para no volver a pasar por lo mismo, más aun cuando no nos podemos dar el lujo en estos momentos.


Cuando el amor toca nuestra puerta, pero tenemos pavor a que ese sentimiento nos contamine el hogar, preferimos construir una pared de ladrillos aunque tengamos que salir por las ventanas.


Cuando la atracción a algo es demasiado fuerte, es normal el sentir que debemos tratar esa energía con cautela, si perdemos el control sobre ésta podemos terminar perdidos.


Cuando no sabemos que es más conveniente, cuando genuinamente nos encontramos en una encrucijada, es normal el velar por nuestra integridad aunque esto implique el afectar a otros en el camino.


Cuando no sabemos si estamos listos para un compromiso, es preferible para muchos el tratar de lidiar con la situación desde un punto de vista ambiguo, desde un punto estratégico en el cual sea posible disfrutar de la oferta sin demostrar una demanda.


Cuando no queremos lastimar, muchas veces es cuando más lo hacemos.


Cuando no hay una comunicación clara, las tinieblas dominan el horizonte.


Cuando no se sabe lo que se quiere, queremos todo pero no queremos nada.


Cuando te sientes como me siento es posible descubrir lo mismo que he descubierto…


… Mi mayor atracción ha logrado convertirse en mi mayor distracción.

… Mi mayor atracción ha logrado convertirse en mi mayor disfunción.

… Mi mayor atracción ha logrado convertirse en mi mayor frustración.

Thursday, June 9, 2011

Perdónate...

Creo que todos pasamos por situaciones en donde la mente toma completo control del cuerpo.

Te puedes sentir enfermo, desesperado, angustiado, perdido... Como también alegre e ilusionado. Hago énfasis en lo negativo porque puedo decir que gran parte de esos momentos en donde no analizo, en donde no tengo control, en donde pierdo la noción del tiempo y de la realidad, los resultados no han sido los mejores.

No me puedo sentir del todo culpable por ellos, es de humanos errar. Esta en nuestra naturaleza seguir instintos aunque estos no velen por intereses que no sean propios. En esos momentos en donde se pierde el control son en los cuales nuestra fibra mas egoísta florece, en los cuales nuestros rasgos humanos se ven seducidos por una falsa inexistencia de limites, por una sed por la satisfacción de nuestros mas primitivos impulsos.

¿A dónde voy con todo esto?

Hace unos días una persona muy cercana a mi corazón me agradeció por haber hecho cosas de las cuales tiene seguridad que "nadie más hará" por ella. Lo curioso de todo esto es que no supe más que decirle que: "Lo hice todo... Y, ¿Qué hacer cuando todo no es suficiente?".

Esa pregunta no ha parado de dar vueltas en mi cabeza.

Cuando tus instintos te llevan a cometer locuras que afectan a personas que quieres, pero también te llevan a hazañas de las cuales tu mismo te preguntas "¿Hasta dónde uno llega por amor?" entonces, ¿Qué hacer? ¿Donde una traza la línea? ¿Dónde uno dice "Esto no puede seguir así."? ¿Como en mi fase más egoísta aun me preocupo por esa persona que valoro tanto? Aparentemente, aun en la ceguera de esas pérdidas de control del cuerpo, nos queda algo de humanos que combate el animal que habita en cada uno de nosotros.

¿Qué hacer cuando todo no es suficiente? No se. Y no creo que es saludable para nadie el preguntarse eso. El formular esa pregunta conlleva una realidad: lo trataste todo. Y entonces, ¿Porqué deberíamos sentirnos culpables?

No creo que exista nada en el mundo que sea imperdonable, siempre y cuando el daño no sea malintencionado. El problema es cuando el perdón no nos es suficiente. El problema estriba en nuestra necesidad de probarnos a nosotros mismos que podemos arreglar las cosas, que podemos mostrar otra cara. Si el perdón fuese suficiente, la gente viviría mucho más tranquila, con menos estrés, con mayor enfoque en otras cosas que merecen atención. Vivimos tratando de probarle al mundo que somos hoy mejores que ayer, y se nos olvida probarnos a nosotros mismos que debemos ser hoy lo que queremos ser mañana.

Creo que todos pasamos por situaciones en donde la mente toma completo control del cuerpo. No quieras autoflagelarte por esos momentos, al contrario, comprende que es natural y que dentro del egoísmo del momento, aun queda un ser humano que tiene la capacidad de controlar su vida. Después de todo, el problema no es que la mente tome control del cuerpo, es lo que tengas en ella y cómo ella decida actuar.

Libera tu mente de fantasmas, así, aun bajo la peor depresión, borrachera, o confusión, ella no tendrá más que demostrar quien realmente eres.

Monday, May 30, 2011

Eating and loving... 'cause praying isn't my thing.


“Some days are meant to be counted, others are meant to be weighed.”


“In desperate love, we always invent the characters of our partners, demanding they be what we need of them, and then feeling devastated when they refuse to perform the role we created in the first place.”

“One thing I do know about intimacy is that there are certain natural laws which govern the sexual experience of two people, and that these laws cannot be budged any more than gravity can be negotiated with. To feel physically comfortable with someone else’s body is not a decision you can make. It has very little to do with how two people think or act or talk or even look. The mysterious magnet is either there, buried somewhere deep behind the sternum, or it is not. When it isn’t there (as I have learned in the past, with heartbreaking clarity) you can no more force it to exist than a surgeon can force a patient’s body to accept a kidney from the wrong donor. My friend Annie says it all comes down to one simple question: “Do you want your belly pressed against this person’s belly forever –or not?”

“I’m here. I love you. I don’t care if you need to stay up crying all night long, I will stay with you. There’s nothing you can ever do to lose my love. I will protect you until you die, and after your death I will still protect you. I am stronger than Depression and I am braver than Loneliness and nothing will ever exhaust me.”

“If I love you, I will carry for you all your pain, I will assume for you all your debts (in every definition of the word), I will protect you from your own insecurity, I will protect upon you all sorts of good qualities that you have never actually cultivated in yourself and I will buy Christmas presents for your entire family. I will give you the sun and the rain, and if they are not available, I will give you a sun check and a rain check. I will give you all this and more, until I get so exhausted and depleted that the only way I can recover my energy is by becoming infatuated with someone else.”


Speechless.


“This is a good sign, having a broken heart. It means we have tried for something.”

Friday, May 27, 2011

.Réquiem ambiguo.


Volátil como el alcohol...

Espeso como tu humor...

Efímero como un eclipse...

Extenso como tu rencor...

Lento como la espera...

Veloz como tu esperanza...

Fugaz como un cometa...

Estático como tu razón...

Distante como el sol...

Cercano como tu pasión...

Solo como la muerte...

Junto como tus ideales...

Mojado como el rocío...

Seco como tu romanticismo...

Asfixiante como el absoluto...

Revitalizador como tu sonrisa...

Deprimente como la injusticia...

Alegre como tus ideas...

Oscuro como la noche...

Brillante como tus palabras...

Triste como la nada...

Feliz como tus proyectos...

Vacío como el ayer...

Lleno como tu alma...


Así fue el momento de la despedida.
Así fue el momento del entierro.
Así fue el momento del luto.
Así fue el momento del fin.

Así fue...

Liberador como la revolución pero esclavizante como las memorias.

Esclavizante como las idealizaciones pero liberador como la paz.

Así fue... Simplemente fue.

No creo pero creo.


Dicen que "Karma is a bitch". Realmente sería un poco hipócrita de mi parte el no creer en Dios pero si achacarle las cosas de mi vida a un poder superior que se encarga de devolverte de una manera u otra lo que le das al mundo. Ciertamente es un concepto muy original y hasta conveniente. ¿Porqué no inventarse una "ley" universal de la cual ningún ser humano puede escaparse? Tremenda herramienta para controlar las masas.

Es una pena que no crea en ella, es una pena que no sienta que existe una justicia divina de la cual puedo depender cuando siento que la vida va en mi contra. La paz que me traería sería demasiado apropiada, sentir que no me tengo que encargar de hacerle ver cosas a las personas, sentir que el destino es un aliado. Es un arma de doble filo, claro esta, ya que tendría un impacto psicológico al pensar en obrar, me obligaría a analizar dos y tres veces mis acciones antes de hacerlas (por miedo a las repercusiones).

Hablando del destino, este se vería como un perfecto ejemplo de causa y efecto. No hay nada escrito, no hay un plan maestro en el cual tarde o temprano caería mi vida. Lo que hoy haga, mañana lo cosecho, lo que hoy me hagan, mañana puedo decidir devolverlo. No una ley divina, pero si una realidad existencial en donde nuestros pasos, como en arena mojada, quedan marcados y pueden ser rastreados hasta un punto de origen, generando un plano cartesiano único para cada ser humano.

El vivir la vida sin nada superior en que creer es fuerte, es un reto. El sentir que cada paso, cada acción, cada pensamiento, tiene una repercusión influenciada por mí, y solo por mí, genera una impresionante carga sobre mis hombros. El pensar que personas a mi alrededor pueden hacerme daño, ignorarme, usarme, y salirse con la suya tambien me hace sentir una leve desesperanza. ¿Cómo puedo ganar la batalla de la vida sin aliados? ¿Cómo puedo salir adelante si el destino es algo que no lleva ningún tipo de libreto ni estructura? ¿Cómo puedo alimentar mis sueños si están expuestos al ataque de terceras personas que conscientemente viven haciendo daño? Supongo que todo recae en mí. En mi valentía, en mi poder para superar obstáculos, en mi habilidad para escribir el destino a mi antojo, en mi capacidad para tomar las riendas de mi vida y no permitir que nadie detenga el carruaje donde llevo mis metas.

Una vez mas, que conveniente sería creer en el Karma. A estas alturas de mi vida lo que me resta es mirar hacia adelante, esquivando las rocas de mi camino, regocijado en mi vitalidad, enfocado en el horizonte. Mi mayor consuelo es (y siempre será), que de una manera u otra, las personas se encargarán de llegar a lecciones de vida en donde choquen con los efectos de sus acciones, donde podrán recapacitar sobre éstas, no por voluntad propia pero por eventos que abrirán sus ojos. Parte de ese consuelo recae en mi propia habilidad para crecer y mejorar. Con cada paso, tendré la oportunidad de observar las consecuencias de mis acciones, aprender de ellas, repetir las que funcionaron, evitar las que no. Es de humanos errar, es de locos el repetir los mismos errores una y otra vez y esperar que éstos cosechen resultados diferentes.

No creo en Dios, no creo en el Karma, pero si creo que tengo el poder de moldear mi futuro. Mi mayor deseo ha sido, es, y será, que todos esos que en algún momento atentaron contra mi bienestar tengan la capacidad de mejorarse como seres humanos. No les deseo mal, pero estoy seguro que de una manera u otra nuestras acciones conllevan una causa y efecto, y de igual manera que he tenido que aprender de mis errores por los efectos generados, espero que los mismos efectos lleven a esas personas a recapacitar, a crecer, a chocar con la realidad de la vida: todos vivimos creciendo pero eso no implica que podamos crecer viviendo.

Tuesday, May 24, 2011

.Entre opioides y visiones.


Entre drogas y dolor he tenido un episodio de luz. Uno de esos en donde todo se ve diferente, en donde comienzas a entender que la vida es una, que no es justo para mi el tenerme pena, no es justo para nadie que pierda mi tiempo guardando rencor.

Si la vida se tratase de eso, de no saber moverse adelante, uno se cuestionaría el fin de vivirla.


Siento dolor, cansancio, ganas de dormir hasta recuperarme. Debe ser por el hecho de que hubo que romper hueso, capilares y hasta hacerme dos huecos para poder aliviar otro dolor. Un dolor, que aunque intermitente, me impedía sonreír todos los días.

Quizás la vida se trata de eso, de pasar un dolor fuerte para superar otros remitentes.


Siempre he querido hacerme el fuerte, el que no llora en las películas románticas, el que siempre tiene una explicación lógica para todo. Siempre he querido ser el que la gente ve como el macho alpha, como la raíz de todas mis relaciones, después de todo, de suceder algo negativo, de una manera u otra se remitirá a la fuerza de ésta. Siempre he querido ser el que da sin esperar recibir, sólo el libro de la vida sabe cuantas veces he querido tener tanto para poder dar más. Siempre he querido ser ese con el cual todos pueden contar para la verdad, después de todo si quieres saber tu prognosis no se deben andar con caretas ni eufemismos. Siempre he querido ser el que no siente dolor, el que puede seguir adelante no importa cuan intermitentes o persistentes sean las angustias, las grietas, las tormentas.


Entre drogas y dolor he tenido un episodio de luz. La vida se trata de romper con los esquemas en los que uno mismo se envuelve. Parece no bastar con vivir en una sociedad rica en estereotipos denigrantes, uno se categoriza, se rebaja a una simple formula de la cual siempre se puede esperar el mismo resultado.

Estoy seguro que la vida se trata de eso, de uno entender que no somos un múltiplo de cero, ni somos la distancia más corta entre dos puntos.


Cuanto me gustaría poder romper con cadenas que he decidido arrastrar; con cargas tan pesadas que me generan un dolor que no hay cirugía que mejore. Siento que tengo el poder para hacerlo, pero aun en la epifanía, la fuerza tiene la potestad de abandonar mi voluntad. Después de todo, quién puede culpar a un tetrapléjico por perder el brío, quién puede culpar a un ciego por perder el espíritu aventurero, quién puede culpar a un romántico por perder su identidad con cada desamor.


Entre drogas y dolor he tenido un episodio de luz. Uno de esos en donde me encuentro en una dimensión diferente a la real. En donde mis experiencias son tan extrasensoriales como la pasión que me mantuvo atado a mi pasado. Un momento en donde puedo verme en tercera persona y comprender que no soy quien creía ser, que no soy tan fuerte como creía. Donde veo mis fallas, pero me amo con ellas. Donde veo crecimiento, donde veo evolución, donde veo mucho, tanto que es imposible no sentir esperanza. Porque quien fui no me identifica, quien fui es quien fui. Porque quien soy es el transcurso a un mejor yo, quien soy no es quien seré. Porque quien seré será el producto de interminables procesos, quien seré será mejor que quien fui.

Nunca olvidaré que la vida se trata de eso, de tomar un segundo día tras día para recordar tus errores y saber hacia donde te diriges, que no hiciste y que deseas cambiar, que veías al espejo y que transcurso tomaste para ver en ese reflejo a ese ser al cual ninguna tetraplejía, ceguera, ni romance puede derribar.

Saturday, May 21, 2011

Ich liebe dich, aber ich aufgeben...


De una extraña manera siempre he admirado a los salmones. Especialmente al salmón del Pacífico, el cual vive el reto de subir miles de millas desde el mar hasta las frescas aguas de caudalosos ríos sólo para poder desovar.

Luego de una “niñez” un tanto aburrida, estos salmones bajan hasta el mar donde logran explorar el universo que llamamos océano. Luchan por su vida, crecen, se alimentan, en espera de su madurez sexual. Cuando este momento llega, algo en su sistema les indica que ya es hora de terminar con su misión de vida, preservar su especie.

Lo más interesante, es que casi todos (sobre un 96% de ellos) mueren luego de su inmensa travesía de vida a lo largo de los ríos. Cientos, miles de millas, perdiendo energía, masa muscular y, en general su vida, sólo para lograr el cometido que instintivamente se proponen.

Puedo imaginar a la hembra desovando y al macho fertilizando y ambos sentir que ya no tienen asuntos pendientes en este mundo. Me los imagino (como si fuera una película animada) plenos, cansados pero satisfechos con su labor, orgullosos de su entrega.

Cuando lo analizo desde ese punto de vista, puedo sentir la admiración más pura por estos animales. Por el contrario, al extrapolar a mi vida esa infernal lucha a la cual se someten, simplemente no puedo sentirme identificado.

Nadar contra la corriente ha traído grandes cambios a la sociedad, al curso de la historia en general. A veces me pregunto si esos grandes luchadores los cuales al ir en contra de lo establecido lograron cambios en el mundo hubiesen hecho lo mismo si hubiesen estado 100% seguros de que no funcionaría.

En mi vida he hecho cosas que han ido en contra de mis principios, de mis creencias, de mi filosofía de vida… pero casi siempre seguro o bastante convencido de que funcionarían. Las cosas que valoro, ya sean tan propias como mi integridad, mi dignidad o mi seguridad,  o sean tan intocables como mis seres queridos, mis metas o el bienestar en general de los que me rodean, no pueden ser expuestas a escenarios en donde puedo predecir un peligroso resultado.

Siempre he dicho que no soy como el salmón, que no nado contra la corriente. Hoy veo las cosas diferentes. Creo que es importante ser como el salmón cuando hay cosas que sabes que son difíciles de alcanzar mas no imposibles. Creo que es de ilusos el tratar de alcanzar lo imposible, soy demasiado realista para eso. De que es posible tratarlo, es posible, quizás otros salmones te acompañen y, aunque no lo logren, no estarán solos.

Cuando veo que cosas que deseo se mueven más y más arriba en la corriente, más y más difícil se le hace a este salmón alcanzarlas. 

Mientras más y más arriba en la corriente se mueve eso que deseo, más y más energía pierdo para continuar. 

Mientras más y más arriba en la corriente se mueve eso que deseo, más y más razones tengo para rendirme. 

Mientras más y más arriba en la corriente se mueve eso que deseo, más y más razones tengo para, aun sintiendo todo el amor del mundo, dejar de aletear, volver a la sal, y disfrutar lo que me reste de vida explorando ese universo al que llamamos océano.



Wednesday, May 18, 2011

Contando las cartas...


Aumenta la tensión. Se cierran los ojos para evadir las miradas. Se aguanta la respiración para evitar los suspiros. Aumenta la temperatura. Se detiene el tiempo. La brisa escapa por donde mismo entró.
Analizo la situación. Aun en la evidente derrota no concibo la idea de rendirme. No comprendo el momento. Consciente de mi falta de suerte trato de excusar mi ruina. ¿Cómo puedo estar perdiendo en un juego donde la suerte no juega ningún papel? ¿Qué puede estar sucediendo que no logro entender?
Los músculos se paralizan. Los ojos se confunden con el vaivén de los párpados. El pecho comprime  mi voluntad. Comienzo a sudar. Me paralizo con el tiempo. No se escucha ni un aguaje de la naturaleza.
Mis manos sudan como nunca. No logro despegar las cartas de mis manos. Turno tras turno siento que el azar ha sido sugestionado de alguna manera. Mientras más indago en mi técnica más me acerco al fracaso.
Los músculos se rinden. Veo estrellas donde no las hay. Respiro profundo mas me falta el aire. La fiebre atenta contra mi cordura. El tiempo, detenido, va más rápido que yo. La melodía de la música me lastima los oídos.
Observo detenidamente. Trato de imitar la habilidad de mi contrincante. Me acerco cada vez más al fin. La frustración invade mis pupilas, los números se empañan, las luces destellan en mis ojos, mis manos mojadas no logran secar mi rostro. Ya al borde de rendirme diviso algo, un realidad que quebranta la ilusión que enfrentaba. Las cartas no siempre estuvieron sobre la mesa. ¿Cómo ganar un juego donde la trampa juega un papel protagónico?

Ahora comprendo el porqué de mi derrota.

Mi oponente, desde el comienzo del juego, guardó cartas bajo la manga.


Tuesday, May 10, 2011

Retomándola

Somos humanos. Wow, tremendo "fact" para comenzar mi escrito. Sí, para comenzar mi escrito necesitaba recordar que soy humano. Es tan complejo serlo que no culpo a los suicidas ni a los deprimidos. Precisamente por esa línea de pensamiento es que me gustaría enfocarme…


Es normal sentir que la vida es una carrera de obstáculos, sentir que experimentamos tropezón tras tropezón. En los pasados meses estuve tan enfocado en ciertos obstáculos que preferí quedarme abajo, mirando el pavimento.


No puedo decir que fue una epifanía, ni que tuve una catarsis que me despojó de todos mis pesares, disculpa esto es vida real no Hollywood. Lo que si puedo decir es que con poner un poco de mi parte y tratar de mirar al cielo pude ver cosas que por estar enfocado en el suelo no pude ver antes.


Al levantar la mirada pude ver las gradas, una multitud de personas estaban porreando. Gritaban mi nombre sin parar. Ahí comprendí que aun en mi supuesta derrota no me encontraba solo. Eso me armó de valor, pero quizás el cansancio y el dolor eran tanto que no fue suficiente.


Al levantar la mirada un poco más, pude ver que otros corredores me pasaban por el lado con una determinación impresionante. Ahí comprendí que mi supuesta derrota estaba en mi mente. Que no soy menos capaz que el resto de ellos. Después de todo, esa fanaticada significaba que creían en mis capacidades, era yo el que no creía en ellas.

Al levantar la mirada aun más, pude ver las luces, no me permitían ver las estrellas, pero aun así me iluminaban el camino. Me decía a mi mismo: “¿Porqué me he enfocado tanto en mirar hacia abajo?” Entre los veloces corredores, la efervescente multitud, y las fuertes luces, me armé de valor y me puse en pie.


Tomé unos segundos para mí.


Levanté la mirada lo más que pude y miré al cielo. Aun en la plena oscuridad, aun en la falta de estrellas, sol, o luna, sabia que no estaba solo. Mi voluntad flotaba sobre mí. No hizo falta más que un pequeño impulso para no solo sobrepasar esos obstáculos acumulados, sino también derribarlos.


Comencé a correr nuevamente.


No sé cuando sea el fin de la carrera, no sé cual sea la recompensa, y mucho menos sé si llegaré a la meta. Lo que sí tengo seguro es que la voluntad no vuelve a abandonar mi cuerpo, y la determinación de esos corredores la haré tan mía como la esperanza de esos gritos que provienen de las gradas.

Saturday, May 7, 2011

Con las manos mojadas


"Nunca es tarde". Eso me dije esta mañana al despertar. Ha sido una semana un tanto intensa, una semana de procesos no aptos para cardiacos. Creo que comencé mi día diciéndome esas palabras porque son las que necesitaba escuchar. Nunca es tarde para ser feliz, para crecer, para confiar, para dejarte llevar…
Es tan extraño el sentir que los vacíos que puedan existir dentro de mi no se llenan solos. Es como si la vida me dijera: “Yo te doy las herramientas, pero tu las tienes que utilizar”. Precisamente es ese proceso de retomar el poder, de agarrar las herramientas y utilizarlas para mi bien el cual a veces resulta ser un tanto tedioso. Uno pasa tanto tiempo perdiendo el tiempo que se nos olvida como es que se vive la vida... pero nunca es tarde.
No es tarde para retomar la práctica, para mojarse las manos y comenzar a moldear todo el barro amorfo que nos rodea. Pensar que con un poco de paciencia y determinación, podemos de un desorden hacer una obra de arte. Pensar que el talento para crear siempre ha estado en nuestras manos y no en manos del destino. Pensar que no importan los obstáculos, podemos enfocarnos en nuestros tornos. Pensar que a pesar de que la soledad es fría, nuestro horno nunca se apaga. Pensar que aunque traten de entorpecer nuestro proceso, tenemos la capacidad para reconstruir. Pensar que aunque nos sintamos cansados y desesperanzados, sólo nos toma un poco de agua, movimiento y concentración para retomar el proceso creativo. Pensar que el tiempo desperdiciado no importa, que el que se avecina puede cambiar nuestras vidas… porque, después de todo, “nunca es tarde”.



"Porque somos los alfareros de nuestras vidas"

Thursday, May 5, 2011

Mi mejor amigo



Paso dado, paso marcado. Palabra dicha, palabra grabada. Acción tomada, acción indeleble.

El tiempo, como perfecto mecanismo dinámico, logra que nuestra vida, más allá de la dualidad del bien y el mal, también sea categorizada en una división tripartita de pasado, presente y futuro. Si vemos nuestra vida como el complejo completo que la compone, veremos como cada pensamiento (y su consecuente acción) abre la puerta a que nuestro camino se vea influenciado por múltiples variables que terminarán definiendo de donde vinimos, hacia donde vamos, quienes fuimos y quienes queremos ser.

Sin intervención de nuestros principios (y de la subjetiva definición personal de moral), el tiempo nos permite experimentar con la vida. Lo maravilloso de éste es que el principio de casualidad nos da la “esperanza” de que aunque las cosas no siempre salen bien, tampoco siempre salen mal. Podemos haber dado un paso del cual no nos sintamos orgullosos, y el tiempo logra que tengamos nuevas oportunidades. Es como si el tiempo, aunque no perdona, tampoco juzga.

Nuevamente, para entender claramente como el tiempo puede jugar a nuestro favor debemos tomarlo como una magnitud absoluta y no como una variable. El tiempo no va más lento o más rápido, no espera nada de ti, no margina, no se detiene. El ser humano, por el contrario, tiene la capacidad de jugar con el tiempo, de hacer algo productivo con él, o simplemente dejarlo volar. Ciertamente el dejarlo volar es parte de la naturaleza procrastinante del ser humano y nunca está de más el dedicarle un poco de tiempo a perder el tiempo. Pero no nos desenfoquemos, este mecanismo es ignorante a la realidad humana, a los prejuicios, a la maldad, a la injusticia, a la violencia. El tiempo nos abre la ventana a la incertidumbre, a la posibilidad, nos da la esperanza de que las cosas pueden cambiar, aun cuando él no juega un papel directo sobre nuestras vidas. La persona depresiva permanecerá en su espiral de autodestrucción a menos que decida utilizar el tiempo a su favor, o a menos que alguna persona decida dedicar de su tiempo en ayudar al desvalido. La guerra no se va a detener solo porque el tiempo moverá ‘sus cartas’ en ella, éste no ayuda a nadie a ganar, a fin de cuentas, el que tenga la mejor estrategia terminará dominando al oponente.

¿Cual es mi objetivo con decir todo esto?

El tiempo es una constante de la cual el proceso evolutivo se recuesta. El mundo se transforma, las especies cambian, el universo crece, el humano… ¿Qué sucede con el humano? Tal parece que los libros de historia no son mas que leyendas de héroes y piratas que entretienen a los niños. “Aquel que olvida su historia está condenado a repetirla”: esta frase recoge la realidad del humano en su más recurrente práctica, errar.

No soy misántropo, mucho menos nihilista, pero si tengo algo bien claro es que el ser humano parece vivir en un hedonismo encubierto, manifestado a lo largo de la historia en eventos de sed por el poder y el placer. El egoísmo y la falta de empatía puede convertir al ambicioso en tirano, al enamorado en obsesionado y al dadivoso en hipócrita.

He tomado decisiones que me han llevado a tocar fondo, a sentirme escoria, a sentirme uno más de esos tiranos a los cuales señalo. El tiempo ha demostrado ser la única verdad absoluta en mi vida. Lo que tengo lo puedo perder, lo que siento puede cambiar, lo que he hecho puede ser rectificado, lo que estoy por hacer está en mis manos. El tiempo es mi mejor amigo, y gracias a mi incesante sed por el conocimiento he podido descubrir que está en mis manos, y sólo en mis manos, el lograr darle los giros adecuados a mi vida. Al final del camino, podré mirar atrás y sentirme orgulloso de la cronología que protagonicé, podré mirar al tiempo y susurrarle: “Yo me voy, tu te quedas, ojalá otros puedan valorar la oportunidad que nos das de cambiar el mundo un paso a la vez… pero un paso tras otro”.

Saturday, April 30, 2011

Más que un álbum


La vida parece ser una constante de eventos, fotografías colocadas unas junto a las otras en un orden que simplemente se da.
Si tomamos unos minutos para viajar en el tiempo, explorar nuestras mentes, veríamos que en la ultima semana, en el ultimo mes, en los últimos años, la vida ha sido un sube y baja de emociones que nos ha llevado a estar donde estamos.
Puede que hoy salgamos a divertirnos, decidamos permanecer en casa o compartir con algún amor, pero al final, sigue siendo una noche, sigue siendo unas horas, sigue convirtiéndose en recuerdos.
Es tan difícil tratar de expresar lo que tengo en la mente.
Como me gustaría poder hacer de la vida algo más que una sucesión de eventos, algo más que una lucha constante por mejorar lo que hicimos el día anterior, algo más que un álbum de fotos que podremos repasar cuando seamos ancianos. Hablando de, todos hemos sido “víctimas” en un momento u otro de esas historias que los viejitos nos cuentan, parecen irse en un “viaje” y se les hace difícil parar de contar sus aventuras. Creo que es normal. Al final de nuestras vidas, cuando la vitalidad sea tan pobre como nuestra capacidad de seguir añadiendo fotos al álbum, lo único que nos restará será el compartir esas memorias, el tratar de regalar conocimiento (muchas veces despreciado) y el tratar de ayudar de una manera u otra a esos seres que nos importan con tantas historias de una larga trayectoria por el mundo.
¿Será posible hacer algo más de la vida que un álbum de fotos? ¿Será posible el detenernos por un segundo y desear algo más que superación?
Quiero hacer de mi vida algo más que un álbum, quiero hacerla una playa, en donde cada persona tenga la oportunidad de llevarse un poco de arena, en donde puedan venir a sentarse y hablarle al viento, en donde puedas relajarse con las olas, bañarse con el agua, distraerse, gozar del sol, contemplar la luna. Una playa en donde yo mismo pueda sentirme sereno, pueda ser yo, expresarme libremente, respirar y gritar, llorar y reír, una playa que permanezca una vez mi cuerpo desvanezca.
Quiero que mi vida permanezca de una manera u otra en el mundo, no como un espíritu, no como la memoria de un artista, pero como la playa en donde yo mismo, desde el más allá, pueda venir a darme un chapuzón. Un lugar antes que un álbum, un oasis en el cual esos que vengan después de mi se desahoguen, sepan que vale la pena seguir adelante, un rincón en el que puedan llenarse de energías para enfrentar todas las [in]flexiones del camino. 

Sunday, April 24, 2011

.Fe.

De un tiempo para acá he estado compartiendo mi vida, lo mas íntimo de ésta, con una vieja amistad...

Es increíble como la gente evoluciona, como las palabras mas sabias bailan en la boca de personas que creías que no estaban en ese punto de sus vidas. Supongo que sólo toma un poco de tiempo y de situaciones un tanto complicadas para lograr metamorfosis en los seres humanos...

Muchos dicen que la gente realmente no cambia, pero si fuera así, si esa fuese la realidad de este mundo, ¿En dónde quedan las segundas oportunidades? ¿Dónde queda la esperanza de recibir amor de quien una vez te odió? ¿Dónde queda la posibilidad de mejorarnos nosotros mismos como humanos?

Poco a poco siento que la vida, como el cielo, se despeja. Las nubes oscuras que una vez taparon mis ojos y no me permitían ver, esas que no paraban de llover, se van aclarando y van develando un mundo lleno de colores y posibilidades.

No creo en ángeles, tampoco en demonios, pero puedo decir que creo en la evolución de las personas y creo que puedo recibir exactamente lo que mis oídos necesitan escuchar de personas que han cruzado por puentes parecidos a los que existen en mi camino. Personas que una vez sentí que quizás eran inadecuadas ahora las considero personas que pueden brindarme todo lo que necesito como hombre en crecimiento.

No puedo mas que vivir agradecido pues poco a poco esas nubes oscuras se convierten en neblina que refrescan mis cansados pies. Poco a poco mi camino se va convirtendo en una aventura que no me quiero perder. Poco a poco el orgullo y la esperanza que tengo en la humanidad se ve alimentado por esos "ángeles" que me susurran sus hazañas. Poco a poco siento que mi cuerpo, mi alma y mi mente se manifiestan de maneras que jamás había experimentado. Poco a poco me siento mas humano. Poco a poco me amo más... Y así, lentamente, me preparo para devolverle luz a todos esos que en un momento u otro me iluminaron.

Gracias.

***Estrella***

Una de mis mejores amigas, Sheila, me dijo que escuchara esta canción...

Te amo Shei.


No sé si puedo ser
todo lo que hoy eres para mí
tú en mi vida
como a un barco en la distancia vas guiándome
con tu estrella iluminándome.

Quiero ser lo que tú eres para mí
todo lo que eres para mí.

No sé si alguna vez
soñarás mi piel cuando yo no esté
si fuera así
te sentirías
como un barco en la distancia y yo guiándote
con mi estrella iluminándote.

Aunque tu luz no es la más intensa
el cielo gira a tu alrededor
qué dulce es sentir tu amor
qué fácil es querer así.

Quiero ser lo que tú eres para mí
todo lo que eres para mí.

--- Presuntos Implicados ---

Saturday, April 23, 2011

Te perdono...

Experimento #1: Canción escrita en un momento de catarsis hace ya un tiempo...
Recogiendo, encuentro una bolita de papel con esta canción escrita. Me pregunto que habrá pasado para haberla tirado a la basura. Creo que ninguna creación debería ser desecha, todas representan un sentir en un momento específico. Al repasar éstas cosas podemos ver todos los pasos que hemos dado y como éstos nos han hecho crecer de una manera u otra...


-Te perdono-


Con mis pies toco el agua,
Salada como nuestra última cena juntos,
Todo comenzó en un cuarto vacío,
Y ya me ahogo, ya siento frío.

No fue fácil leer tus labios,
Peor aun fue escuchar los hechos,
No te culpo al cien porciento,
Pues ambos cargamos secretos en el pecho.


Coro:
Sin más ni más te perdono,
pues juntos construimos una vida,
Y a pesar de las mentiras,
veo en el túnel una salida.

Te perdono amor mío,
pues al final somos humanos,
y es justo aceptar que erramos
y es sincero aceptar que nos amamos.

-


Ya casi sin oxígeno suplico,
le exijo a la vida una oportunidad,
merezco mostrar lo que puedo dar,
mereces escuchar que el pasado quedo atrás.

Tragando mis lágrimas recuerdo las tuyas,
ambos sufrimos, ambos crecimos,
no tengo fuerzas para seguir luchando,
poco a poco me voy ahogando.


Respiro profundo y grito...

Coro:
Sin más ni más te perdono,
pues juntos construimos una vida,
Y a pesar de las mentiras,
veo en el túnel una salida.

Te perdono amor mío,
pues al final somos humanos,
y es justo aceptar que erramos
y es sincero aceptar que nos amamos.

-

No busco explicación,
Ni busco tu perdón,
Solo busco drenar este espacio... lograr que entremos en razón.

Sin más ni más te perdono...

...sin más ni más nos perdono.

-in-mó-vil-

En este estado en el que me encuentro sólo puedo pensar...

Sólo puedo recordar.
Sólo puedo desear.

He pasado tanto tiempo enfocado en cosas que no me llevan a nada que me siento perdido.

Me la he pasado buscando maneras fáciles de salir adelante.
He estado levantando piedras buscando rastros de algún viajero. Tratando de comprender como se sale adelante cuando uno siente que ya es muy tarde, cuando uno se encuentra a oscuras en un túnel.

Es tan extraño, siento que he estado aquí anteriormente. Siento que ya he tocado fondo, y que de alguna manera logré salir del... pero ¿Porqué ahora es tan difícil?

Siento que me castigo por cosas que no puedo cambiar... Siento que estoy dispuesto a dejar pasar cosas que atentan contra mi dignidad, cosas que en mi sano juicio vería como traiciones imperdonables.

Catatónico...

En este estado en el que me encuentro sólo puedo sentir que no siento.

Me siento cuadraplégico emocionalmente, pienso mas no actúo, siento mis ojos moverse mas no reconozco lo que ven, siento mi alma desahogarse mas no perdono lo que ella desea sanar, mas no juzgo lo que ella desea olvidar.


Despues de todo... ¿Porqué sentirme inmóvil cuando nadie me impide ser libre?

Monday, April 11, 2011

Desde el mar allá...



He fallecido.

Esta sensación es irónica: como puedo sentirme confundido si he muerto. ¿Dónde está la luz al final del túnel?

Veo arena. Bajo mis pies, a lo lejos, infinita. Camino sobre ella, mis huellas son tan efímeras como mi conciencia. He perdido la noción del tiempo. He perdido todas mis cualidades de humano.

Trato recordar, mi mente esta vacía. Me esfuerzo por identificar quien soy. Las memorias han quedado en mi cuerpo; mi alma, en contra de mi voluntad, ha perdonado las injusticias. Me encuentro en la forma más pura de mi ser. Soy y no soy. Soy lo que no fui.

Deseo volver a sentir. Deseo volver a sufrir. Sufrir antes que no sentir. Morir en vida antes que vivir en muerte.

Camino entre las dunas, sin reconocer los vestigios de la dimensión abandonada. Busco pistas de mi vida pasada. Se empaña mi mirada. Busco compañía. No me siento solo, estoy solo.

Trato de descifrar mi entorno. ¿Dónde están los demás? Experimento un episodio de Déjà vu. Las dunas se disipan. Plantas comienzan a aparecer. Escucho olas rompiendo. Espuma abraza mi cuerpo. En la oscuridad reconozco todo.

Una noche en la playa se convirtió en la tumba de mi dignidad. He muerto en vida. Me he convertido en todo lo que una vez critiqué.

Respiro porque es involuntario, parpadeo porque me arden los ojos. Las olas me dan la bienvenida. Las profundidades me oprimen el pecho. 


He fallecido. Puedo sentir en la muerte.


Apostemos.

Me atrevería a apostar que casi todo hogar posee un espejo.


Me atrevería a apostar de que la mayoría de nosotros nos vemos en uno aunque sea una vez al día.


Me atrevería a apostar que en algún momento de nuestras vidas hemos tenido un proceso de introspección frente a uno.


Me atrevería a apostar que muchos hemos cuestionado la vida, las altas y las bajas de ésta, frente a nuestro reflejo.


Me atrevería a apostar que muchas veces nos hemos criticado fuertemente en esa imagen.


Me atrevería a apostar que hemos sido víctimas de la opinión de los demás.


Me atrevería a apostar que hemos sido presionados a hacer cosas que originalmente no deseábamos hacer.


Me atrevería a apostar que en ocasiones pudimos haber dejado nuestro valor en las manos de otros.


Me atrevería a apostar que nuestra dignidad fue atropellada y olvidada por nuestra falta de objetividad.


Me atrevería a apostar que hemos llegado a entregarnos en cuerpo y alma a personas que no lo merecían.


Me atrevería a apostar que sólo aquellos con una gran fuerza de voluntad y el enfoque correcto han podido salir de situaciones desventajosas para su bienestar.


Me atrevería a apostar que una vez salimos de nuestros problemas y miramos hacia atrás nos parece que no era tan difícil como creíamos.


Me atrevería a apostar que el aprendizaje que conlleva el superar estas experiencias nos hace, de una manera u otra, sentirnos más preparados para las vicisitudes que se puedan avecinar.


Me atrevería a apostar que nuestra entrega a la pasión nos ha hecho sentir llenos y plenos, como también vacíos y perdidos.


Me atrevería a apostar que estás casi seguro que no apostarías conmigo.


Me atrevería a apostar que tanto tú como yo somos seres humanos que desearíamos que la vida nos devolviera todo lo positivo que hemos entregado.


Me atrevería a apostar que debes estar sediento por alcanzar todas tus metas, por realizar tus sueños.


Me atrevería a apostar que ya es hora de dejar las apuestas y enfocarnos en nuestro destino.


Me atrevería a apostar que la próxima vez que nos miremos en el espejo no veremos otra cosa que no sea un púgil determinado a triunfar.


Me atrevería a apostar que no importa la refracción que nos muestre ese espejo nos sentiremos capaces de lograrlo.


Me atrevería a apostar que deseas comenzar hoy mismo.


Me atrevería a apostar porque yo lo deseo... y así será.



Sunday, April 10, 2011

Frío






"Pero el silencio es algo frío, y mis inviernos son muy largos" - Muñeca de Trapo, La Oreja de Van Gogh


He pasado tanto tiempo temblando en las noches. Como si la soledad fuese una masa de aire polar que se posa junto a mi almohada. Llego cansado de mis tareas esperando encontrar un lugar donde pueda sentirme tranquilo. Entro a mi cuarto sólo para encontrarme con una tormenta de nieve. Confieso que busco maneras de acabar con ella, duermo en la sala, o simplemente no duermo.


Es un sentimiento tan extraño.


El buscar el calor en donde más resguardado del frío me he sentido sólo hace que me de cuenta que la soledad sigue ahí. Sin embargo, cuando entro al lugar donde por tanto tiempo fui uno con el espacio me siento diferente, siento que puedo estar tranquilo. Siento que las paredes que poco a poco me olvidan de repente me hacen sentir en casa. Me recuesto, no siento el frío, siento que me abraza un calor conocido. A pesar de sentir que ese calor posee mi cuerpo siento que mis labios se agrietan y lucho para ignorar la premonición de un inminente desastre natural.


Al despertar, abro la puerta, salgo al balcón, siento que una criatura se pasea entre mis pies, contemplo una ciudad blanca. La tormenta acapara todo el horizonte. ¿Cómo puede esto suceder luego de ese lapso de calor intenso?


Me siento confundido.


Creí que la tormenta se limitaba a invadir mi cama en las noches; estaba equivocado. Luego de sentir el más puro calor humano por horas, descubro que nuevamente el frío se adentra por mis huesos y me congela el alma. ¿Cómo puedo ser humano con un bloque de hielo en mi corazón? ¿Cómo puedo romper con este témpano que me hace sentir resfriado constantemente? Son demasiadas cosas que pensar, que preguntarme.


Es cuestión de abrir los ojos, supongo.


Estoy seguro que no estoy viendo las cosas objetivamente. 
Estoy convencido de que existe algo que está retozando frente a mis ojos y me niego a verlo. 
Estoy siendo víctima de mi inocencia, paradójicamente, una inocencia que creí haber perdido hace mucho. 
Estoy lanzando puños al aire, tratando de luchar con algo que simplemente no veo, que no entiendo. 
Estoy cayendo rendido ante un ente que no siente lo que siento. 
Estoy durmiendo en una cama de hielo porque me niego a dejar entrar el calor. 
Estoy sintiendo frío porque el vacío de mi cama me hace sentir vulnerable. 


Estoy buscando el calor donde ya no existe. 


Estoy buscando soluciones cuando las soluciones siempre han estado frente a mí.


Estoy buscando detener una tormenta a la cual mi ignorancia sigue alimentando.